28 de febrero de 2010

7'5, 8, 41, 26'5... LOST

En "Perdidos" hay una serie de números que son un misterio, no se sabe para qué sirven, aunque sí a quién representan. Pues bien, yo también tengo mis números misteriosos, los del título de la entrada, y ayer lo descubrí. No es nada relacionado con Fibonacci, ni con la serie (lo siento por los frikis, sí, ¡frikis!), son nada más y nada menos que los números de mi talla de calzado.

En UK la 7'5, en USA la 8, en España el 41, 26'5 centímetros de pie. Repito, DE PIE.

Ayer quise comprarme unas botas buenas, de esas de Timberland (tipo Panama Jack pero a la americana), así que me fui a buscarlas a los Footlockers de medio Nueva York, y me encontré con la misma respuesta en todas las tiendas "No small sizes". ¿Small? ¡¡Pero si es un número normal!! Small... que tengo que ir a comprármelas a Prenatal? El 8 es el número perdido, no hay para hombres, no hay para niños, no hay para mujeres... NADA.

Así que probé en un Champs. Me dan el 8, me lo pruebo, perfecto. El chico se va a traerme el otro pie, y en vez de eso viene con la bota y una plantilla, para que la probase. "No quiero plantilla, le dije" así que nada, me llevé el par. Hasta ahí todo perfecto. Hasta que quise ponérmelas.... ¡sorpresa! Me había metido el 8'5 en vez del 8. Pues nada, vuelve a la tienda y cámbialas... y cágate en la madre del vendedor de paso...
No encontraban el pie izquierdo del 8, así que tuvieron que devolverme el dinero. Casi le sale la jugada al vendedor... pero no.

Tras seguir y seguir buscando, y mientras mi rabia crecía a medida que María iba encontrando zapatos baratísimos y cargándose de bolsas, decidí ir (y obligué a María a seguirme) hasta una tienda en la que nunca he encontrado nada que me gustara, pero era la última opción del día.

Sección de botas Timberland, modelos, el 8, perfecto. Podía sentir el sabor de la victoria tras 10 tiendas visitadas, a la onceava fue la vencida. Así que ya las tengo, botas para años (esperemos...).

Y esto no cuenta como entrada "de compras", sino como entrada "de no compras", sólo que con final feliz:

23 de febrero de 2010

Eso que da tanta vergüenza de hacer pero una vez hecho no es para tanto...


En esta entrada quiero hablar de la primera vez...

Una de las cosas que más les cuesta a las personas es abrirse, dar algo que igual creen que es muy imporante.

Sí, todos estamos pensando en el sexo, pero no, yo me refiero a los comentarios.

Lo sé, lo del sexo pintaba bastante mejor... pero ya hay otras páginas...

¿Por qué es tan difícil que alguien ponga un comentario? Quizá es porque crean que tienen que preservar algo de sí mismas que nadie más puede conocer, por miedo a que las juzguen o simplemente porque creen que no merece la pena decir nada.

Pero joder, es un comentario...

Según la R.A.E.:
"comentario.
 (Del lat. commentarĭum).
1. m. Explicación de un texto para su mejor intelección.
2. m. Juicio, parecer, mención o consideración que se hace, oralmente o por escrito, acerca de alguien o algo.
3. m. murmuración."

Creo que nos interesa la segunda acepción.


Este blog tiene un total de 150 visitas, con un total de 21 comentarios, la mitad míos...

Así a ojo, la otra mitad repartidos entre tres o cuatro personas (que se note que he estudiado estadística en la carrera...) (y lo he calculado sin usar el SPSS...).


Si os gusta la entrada, no cuesta nada un "ché que entrada más guay".

Si no os gusta, no cuesta nada un "........................" lo que se os ocurra, y ya nos veremos por la calle algún día y lo "comentamos" más tranquilamente.


Así que ¡ánimo!, tanto a los comentaristas "desvirgados" como a los........... "vírgenes".

15 de febrero de 2010

Qué hacer con la nieve. Guía pa' los de secano, como yo.








Cuando cae, mejor verla desde casa












Una vez caída, disfrutarla !!!!








Cuando han pasado unas horas... mejor evitarla.

10 de febrero de 2010

Fordham, un mundo diferente

Este cartel nos lo encontramos volviendo de trabajar. En El Bronx, hay una zona llamada Fordham que tiene, entre otras cosas, una universidad (la de Fordham, lógicamente...) y una de las calles más comerciales de todo el barrio.
Esta calle, Fordham Road, tiene un poco de todo, pero lo interesante no es lo que venden, sino cómo lo hacen. Puedes encontrar desde gente en la puerta de los negocios dando tarjetas de publicidad, otros negocios ponen altavoces gigantes en la calle con grabaciones sobre los productos que ofrecen en el interior, otros tienen pantallas gigantes (a lo Times Square) publicitando ropa, pero hay dos que me gustan especialmente.

Uno de ellos es el negocio de la foto, queda bastante claro de donde son, lo que venden, y para qué sirven sus productos. Tres palabras, todo claro. ¿Para qué más? Más letras supondría más luz, más gasto, ¡menos beneficio! Es el cartel perfecto.

El otro negocio interesante no es un negocio en sí, sino su "comercial", "relaciones públicas", o como lo queramos llamar. Voy a describirlo porque no tengo fotos: es una persona que está en la calle, con un cartel donde muestra la oferta "estrella" colgando por delante y por detrás, con un periódico en la mano con el cual le va pegando al cartel mientras silba y gritas cosas como "¡¡¡take it out !!!!!". Es la publicidad llevada a otra dimensión...

Y esa viene a ser nuestra vuelta del trabajo a casa... No me canso de decirlo, Nueva York es una gran ciudad, y El Bronx, su gran secreto.

2 de febrero de 2010

Un cúmulo de casualidades

Esto nos pasó la semana pasada, miércoles por la tarde. Resulta que nuestra parada de metro se encuentra junto a la iglesia de San Vicente Ferrer. No, no es que hayan puesto el metro en Orihuela, es que hay una iglesia con ese nombre en Nueva York. Pues bien, era el día que el señor Camps (el de los trajes) visitaba la ciudad para firmar un acuerdo con Microsoft, reunirse con promotores, con ejecutivos... y visitar la iglesia !!

Decidimos pasarnos "a ver si había algo", pero cuando llegamos aquello estaba desierto, no había nada, solo un matrimonio al fondo de la iglesia, hablando con uno de los curas. Decidimos entonces que ya que estábamos allí, ¿por qué no echar alguna foto?

La iglesia es muy bonita, hay que admitirlo, tiene un rosetón precioso que no hace falta saber de arte para admirarlo, y cuando me disponía a hacerle una foto, se nos acercó una mujer de unos 60 años, muy "arreglá", y nos preguntó:
-¿Disculpad, sois periodistas?
-No, somos psicólogos! (respuesta real).
-Encantada, yo soy la mujer del Cónsul.
-.......................... ("joder la mujer del Cónsul !!!!!!Calma, calma!!!!). Ejem... encantados.

Y así estuvimos conversando un rato, nos dijo donde vivían (junto a Central Park, mal barrio...), nos animó a que si necesitábamos algo nos pasáramos por su casa (sería gracioso pasarnos a ver, en plan "¿te bajas al parque?""no, que tengo que merendar !!"). También nos presentó a su marido, el Cónsul, un tal Villalonga, ex-conseller de educación desde hace 10 años, no muy bien considerado como político según tengo entendido, pero ahí estaba, de Cónsul.

A los 15 minutos llegó Camps (el de los trajes), e hicieron una misa hermanando San Vicent Ferrer de Valencia con la de NYC, y ahí estábamos los dos, sentados 3 o 4 filas detrás de los peces gordos, preguntándonos como en vez de estar comprando para pasar la semana habíamos terminado en una misa con el Cónsul, el "president de la Comunitat Valenciana" y demás acompañantes... bueno, acompañantes o como se les quiera llamar.

Acabó la misa y teníamos varias opciones: pedirle a la cara Microsoft en la provincia, hacernos una foto sin más, irnos a casa... Así que decidimos irnos a casa, ya que al día siguiente algunos trabajábamos.