30 de marzo de 2010

El famoso desconocido

París, 18 de marzo de 1971
Don Francisco Franco
Palacio de El Pardo 



España 




Ex c e l e n t í s i m o Señor: 


Le escribo esta carta con amor.

Sin el más mínimo odio o rencor, tengo que decirle que es usted el hombre que más daño me ha causado.

Tengo mucho miedo al comenzar a escribirle:
temo que esta modesta carta (que me conmueve de pies a cabeza) sea demasiado frágil para llegar hasta usted;
que no llegue a sus manos. 

Creo que usted sufre infinitamente;


sólo un ser que tanto sufre puede imponer tanto dolor en torno suyo;
el dolor preside, no sólo su vida de hombre político y de militar, sino incluso sus distracciones;
usted pinta naufragios y su juego favorito es matar conejos, palomas o atunes.

En su biografía, ¡cuántos cadáveres! en África, en Asturias, en la guerra civil, en la postguerra...

Toda su vida cubierta por el moho del luto. Le imagino rodeado de palomas sin patas, de guirnaldas negras, de sueños que rechinan la sangre y la muerte.

Deseo que usted se transforme, cambie,


que se salve, sí,
es decir, que sea feliz por fin,
que abandone el mundo de represión, odio, cárcel, buenos y malos que hoy le rodea.

Quizás haya una remota esperanza de que me oiga: siendo niño me llevaron a un acto oficial que usted presidía.

Al llegar usted, entre ovaciones, las autoridades le agasajaron. 

Entonces una niña, preparada para ello, se acercó a usted y le tendió un ramo de flores. Luego comenzó a recitar un poema (mil veces ensayado)... Pero, de pronto, presa de emoción, se puso a llorar. Usted le dijo, acariciándole la mejilla: 

–No llores, yo soy un hombre como los demás. 

¿Es posible que hubiera en sus palabras algo más que el cinismo?


Esta fragmento pertenece a la obra "Carta al General Franco" (Augur Libros: Madrid. 2008), que Fernando Arrabal, el poeta, escritor, dramaturgo, etc. que tuvimos la suerte de conocer el otro día, mientras jugaba a divertirse en Central Park.

Si algo me llama la atención de esta generación de artistas (el círculo surrealista), es su capacidad para hacer lo que les de la gana sin importarles lo más mínimo lo que piensen los demás. Algunos critican esta manera de arte, este arte que quizá muchas veces parece que sirva para que los autores se rían de los observadores, ya que no importa si los observadores se ríen de ellos, o los critican.

El domingo, el señor Fernando Arrabal (de 78 años), estaba bailando, sí, ¡bailando! rodeado de gente, mientras sostenía un ramo de flores con la boca, mientras el resto de personas nos dedicábamos a mirar con una mezcla de solemnidad, morbo y respeto el homenaje que John Lennon tiene en Central Park. Esa manera de hacer de lo sencillo algo diferente es lo que ha llevado a este señor a ser quien és, a haber pasado de la prisión franquista a ser rico parisino, a conocer a Lennon, Dalí, Picasso, ¡Gala!, a ser reconocido con premios, homenajes, respeto internacional (es un premio Nobel por entregar).

Y lo fuerte, es que en España, la de Lope de Vega, Góngora, Bécquer, Baroja, Larra y también Arrabal, se le conoce más por su borrachera en televisión (otra vez se ríe de nosotros mientras nos reímos de él), aquella de "el mineralismo va a llegaaaaarrr", que por su extensísima y preciosa obra.

Ahí van las fotos:






PD: Estos días voy a estar desaparecido (o eso espero) por Las Vegas, así que igual hay nuevas historias y buenas (esperemos...) durante la semana que viene. ¡Hasta entonces!

Como dije:

Ya están puestas las fotos de los graffitis... enjoy !

(estan un par de entradas más abajo...)

29 de marzo de 2010

Otro adelanto!!

Ayer conocimos a alguien muy famoso, pistas:

  • Esta como una cabra (es español).
  • Nacido en España, vive en Paris desde hace muuuuchos años.
  • Fue amigo de Dali, Picasso y demas grandes artistas del siglo XX (y XXI).
  • Ha sonado varias veces para el premio Nobel.
  • Fue perseguido por Franco.
  • Ha sido entrevistado por Buenafuente, el loco de la colina, Sanchez-Drago, entre otros...
Alguien se atreve a adivinarlo?

25 de marzo de 2010

Un adelanto

A pesar de que la última entrada es de El Bronx más duro, el barrio tiene algo especial, una resiliencia (http://es.wikipedia.org/wiki/Resiliencia_(desambiguación)) que se muestra en muchas de sus calles y por lo que es conocido también en todo el mundo, SUS GRAFFITIS.

Así que estas son algunos de los que se pueden ver paseando tranquilamente:

Un colegio:

Cerca de casa, en un muro:

Graffiti de Edgar Allan Poe (era del barrio...):

Un graffiti de mi parque:

Edificio del antiguo hotel Concourse:

Este no se lo que es, pero me gusta:

Un parque:

Ayer tocó "fieldwork"

O "trabajo de campo".

Si Mahoma no va a la montaña, ya sabéis lo que sigue... así que si la muestra no va a la encuesta... la encuesta tiene que ir a la muestra!

Salimos por la mañana, a eso de las 11, dirección a El Bronx desde Manhattan (donde previamente habíamos ido desde El Bronx), para ver si encontrábamos a gente calificada como "difícil de encontrar".  Fuimos a visitar unas cuantas casas, dejar unas cuantas notas, nada interesante... excepto por "las casas". La mayoría son de tipo social, dejadas por el ayuntamiento, el estado o el gobierno para la gente con menos recursos.

Quizá una cosa ayude a la otra (recursos y civismo), fue increíble el número de casas donde creí estar en un plató de callejeros, y en mi cabeza no paraba de sonar la canción de mentes peligrosas (http://www.youtube.com/watch?v=C--fj3SP-KQ).

Vale que los edificios son antiguos y no precisamente bonitos, vale que tus recursos económicos son bajos, vale que vives en unos de los barrios con peor fama... pero lo de mear en el ascensor, es de guarrindongos. Pudimos ver gente un poco... "volando", como nuestro querido vecino. Incluso uno de los edificios que visitamos, más parecido a un gran ghetto vertical, tenía la puerta que buscábamos encadenada y... chacha chán.... ¡agujeros de bala en la pared! 

Una pena que solo tenga una foto para enseñar, es uno de los rellanos:

21 de marzo de 2010

Lo del vecino...

Como os comentaba el otro día, y como decía aquella experta socorrista madrileña que no tenia ni idea de mantenimiento de piscinas, el vecino la ha liao parda.

Estábamos plácidamente echando una partida al Age of Empires (sí, qué pasa, nos hemos picao a un juego de hace 7 u 8 años, pero seguro que más de uno cuando lea esto pensará "anda que no he pasado yo horas con ese juego...". Véase Félix), cuando de repente empezamos a escuchar el sutil ruido de una lluvia torrencial, de esas que caen en Elche en otoño. En nuestro aseo.

Encendimos las luces de alarma (esas rojas que dan vueltas), dejamos la conquista de un pobre rey sarraceno a punto de ser aniquilado y, trabajando en equipo (eso sí, equipos contrarios, porque cada uno salió corriendo para un lado) nos dispusimos a actuar. María mataba al vecino (poli malo) mientras yo salvaba el aseo del monzón (poli bueno).

Resultó que el agua le estaba llegando también a los vecinos de debajo nuestro, es decir, el "neighbor" batió el récord, una cascada de dos pisos de altura en pleno Bronx. Y resultó también que no sabía nada del agua cuando el de seguridad (ese compratiota de Mitjatovic que trabaja poco) logró que abriese la puerta y le preguntó qué pasaba. Cuando salieron del piso, el securityman iba dejando huellas por la escalera.

¿Que qué pasaba? Que sus hijos (los discípulos de Satán) decidieron jugar a bañarse. Sin usar la bañera.

El padre, al parecer acompañado por el aroma de Bob Marley mientras escuchaba a los Eminemes, Fifty Centes y Jay-zetas de turno, ni se había dado cuenta.

Y este es el resultado tras 48 horas, el tiempo necesario para evaluar los daños y tomar las medidas oportunas. ¿Algo positivo de todo esto? Que al vivir de alquiler no me preocupo de papeleos ni historias...

(Nótese el ahorro de energía que supone tener sólo dos bombillas encendidas en vez de cuatro)

18 de marzo de 2010

No me jodas...... no me jodas....

La próxima entrada será de cuando el vecino se dejó sin cuidar la bañera mientras sus hijos se bañaban y nos jodió el techo del aseo tanto a mi como a la vecina de abajo...

Voy pensando qué poner mientras pongo cubos para las goteras...

(Ni que decir tiene que si no agarro a María lo mata.... jajaja)

15 de marzo de 2010

El "brother" que tenemos por "neighbor"

Entre vecinos, las cosas pueden ir bien, mal, o empezar por una y acabar en otra. Con nuestro vecino nos encontramos en una fase de "mal a bien pero ya veremos".

  • El susuodicho: unos 27-30 tacos, 1'80 de altura, flaquito (a lo dj Kun), afroamericano (negro pero clarito), y vestimenta 100% Hiphop (no podia ser de otra manera hablando de El Bronx).

  • El problema:
    • Tener altavoces de discoteca en su casa, directamente en el suelo, por lo que cuando les mete caña, mi casa retumba cual estampida en Jumanji.
    • Tener mandriles por hijos (la culpa es del Gran Kajuna del padre, obviamente) que se dedican a correr por la casa, principalmente fines de semana a partir de las 8 de la mañana.

  • La solución: avisar al guardia de seguridad, que para eso le pagan (no?) para que suba a decirle de todo menos guapo (además de ser mentira). Esta solucion medio funcionó las 3 primeras veces, hasta que el mismo guardia me dijo que llamase a la policía, que él no subía (por qué? igual no le pagan tanto... o que es un perraco!!).
  • La solución II: subir amablemente a pedirle que bajase la música, o que la quitara, o que cambiara de sitio el altavoz. Esta solucion funcionó un par de veces, durante algo más de 15 minutos...
  • La solución III: subir con Maria hecha una furia, usando la estrategia "poli bueno poli malo" (los que me conocen saben quién hizo de poli malo) (Maria, por si quedaba algún despistado). Esta solución ha funcionado durante dos meses y medio, y sigue!!

11 de marzo de 2010

Una más...

Ayer, cuando María dijo "Me cago en la puta.... " con un tono entre desanimada y furiosa, pero por otro lado con un matiz de cachondeo, me di cuenta de que otra vez nos habíamos subido al metro que no era. Al menos fue justo a tiempo para bajar en una parada no muy lejos de casa...

9 de marzo de 2010

Crack, y con todo merecimiento.

El lunes por la noche, y aprovechando que tenemos la casa con visita (Aure, Toñi, Garci y Marisa), fuimos a ver el partido de los Knicks contra los Hawks (de Atlanta).
Pudimos sacar entradas de 60 dólares por 35, gracias a una promoción de Coca-cola. La cosa empezaba a pintar bien...
Cuando llegamos de trabajar, ya nos estaban esperando en el estadio, con mano gigante (típica de fan) incluída... pues nada, vamos para dentro !!!
Al principio del partido la cosa estaba bastante sosa, la gente no animaba demasiado, pero ahí estaba Sergio Rodríguez para dar una asistencia por la espalda, Gallinari para clavarlas desde tres como si fuera algo sencillo, y Lee para machacar (como yo en la minicanasta de mi cuarto vamos...).
De repente empiezan a llegar animadores (animadoras no, animadores, es decir, con chandal, no con ropa ajustada) a darnos palos de esos que se hinchan y hacen ruido, a hacer que gritásemos... vamos, a que nos dejáramos la garganta... y así lo hicimos!!! Nos tocó ser ¨la sección del partido", e incluso nos sacaron por el videomarcador !!!
El partido fue una pasada, los Knicks ganaron en el último momento gracias a un tiro fuera de tiempo de Atlanta, que tuvieron que revisar con el vídeo para ver si valía o no... y no valió !!!

Tras el subidón final, decidimos esperar a los jugadores, para ver si podíamos sacar alguna foto interesante, y deseábamos ver a Sergio Rodríguez...
Vaya imagen, fuera del estadio, gritando cada vez que salía algún coche, para después preguntar a un grupo de fans judío quién acababa de salir...
Cuando vimos que Sergio se montaba en un coche a lo lejos... ya estábamos entrenados: Bandera de España en mano, cámaras de fotos, Aure y yo dispuestos a dejarnos la garganta... y ahí llegó... y pasó.
Cuando todo parecía llegar a su fin, a unos 40 metros, las luces de freno del coche se encienden... está parando !!!! Corre !!!! Y como si fuéramos los hijos del viento, y evitando algún taxi que otro ( a lo sanfermines) nos plantamos allí.

Ser un crack significa ser un gran jugador, saber tener el partido controlado, no fallar en los momentos clave y, sobre todo, saber ganarse el cariño de la gente. ¿Cómo se consigue? No teniendo problemas en dedicar unos minutos a esa gente que te sigue cada partido, siendo humilde, sabiendo sacar una sonrisa a pesar de estar agobiado por los fans, etc, etc.


Nota graciosa: esta foto fue tomada por David (alias Garci), tras varios intentos, mientras Sergio decía "David, haz ya la foto!"; y una vez hecha, "Ya era hora Garci!!".

5 de marzo de 2010

Subway, Underground, Metro, o ese mundo raro de gente todavía más rara.

El metro de Nueva York es el transporte más usado y más rápido para aquellos que no tenemos coche (o lo tenemos al otro lado del océano). Comunica prácticamente todas las zonas de la ciudad y, si bien es un poco complicado al principio (que si voy uptown, o downtown, o local, exprés, rush hour... etc), una vez se le pilla el truquillo es un mundo cuanto menos interesante.

...aquí llega nuestro metro, sube y te sigo contando dentro...

En los 6 meses que llevamos en la ciudad, nos han pasado y hemos visto cosas como lo siguiente, que si bien no es todo, sí que es lo más interesante:

- Subirte al que no era: no una, sino dos veces hemos tenido que cambiar de línea una vez habíamos hecho varias paradas... porque estábamos en otro tren. Es lo que tiene que algunos paren en la misma vía !! La situación era en plan "Aarón, este es el 5...nosotros deberíamos estar en el 4...", "Estas paradas no me suenan" o "Joooooder, otra vez nos hemos equivocado..".
- El hombre raro: raro, drogado, discapacitado, o un poco de todo. Con los zapatos al revés, los vaqueros rotos, una peste a estiércol que no se podía soportar, y que para sorpresa de todos, se sale al hueco entre dos vagones... y mea !!! Con un par !!! Pero no os penséis que se la sacó o algo... que luego volvió a entrar al vagón con todo chorreando... al menos no meó dentro del vagón!!! Es que dentro había señoritas, y hay que ser un caballero...  A este se lo llevó la policía en la siguiente estación.
- Las actuaciones del metro: algunas increíblemente buenas, otras patéticas. Desde los bailarines de brake haciendo mortales, pasando por la mujer cantando "I will survive", hasta "cantantes a lo pavo", es decir, intentando gorgoritos y consiguiendo gallos.
- Otras cosas a destacar son: "la mierda en el vagón" (por eso estaba tan vacío, claro); "los anuncios extravagantes" (desde divorcios hasta parches contra la resaca), "los que duermen", "los que llevan el mp3 a tope", "las estaciones tipo Saw" (que dan miedo), "las estaciones tipo Saw 2" (como las tipo Saw pero que dan todavía más miedo), "los que...." y así hasta que llegues a tu parada.

Ah mira! esta es la mía!, así que nada, otro dia te sigo contando... me bajo rápido que se cierran las puertas!

2 de marzo de 2010

A mi que me lo expliquen...

Como decía aquella mujer que atropelló a un ciclista y encima se quejaba (en pleno ataque de algo, ansiedad, manía, lo que fuera...), a mí que me lo expliquen.

Hoy, volviendo de trabajar, al pasar por Fordham Road, sí sí, el mismo Fordham de los pantalones "levantapompis", hemos pasado por la puerta de una tienda de deportivos, zapatos, botas... y María, en un arrebato de esos que se deben evitar a toda costa, ha soltado la frase maldita: "¿quieres entrar a ver si aquí las botas están más baratas?"
Eso es algo imposible de denegar, no es mi culpa, es la cultura del español consumista. Consumista, sí, pero cuanto menos me consuma la cartera mejor... y hemos entrado.

¡Sorpresa! Ahí estaban, un par de botas iguales que las mías, ¿a qué precio? (y ahora todo el mundo seguro que piensa que más baratas, y que hice un negocio malísimo, pero como las buenas historias, preparaos para la sorpresa...). De repente, mientras veía que el otro día había hecho un buen negocio (las botas eran 20 dólares más caras), se me acerca María por detrás con un brillo extraño en los ojos, y me dice: "mira estas", mientras me enseña un modelo de botín negro y rosa (de chica) de la misma marca que las mías, "valen 20 dólares".

Total, que al final negoción para la que no quería botas, y vuelta a casa tan contenta como un niño con zapatos nuevos, o botas, y muy baratas.