29 de marzo de 2011

Eso que se llama snowboard...

Vaya nueva experiencia este fin de semana... el snowboard...

Con un viaje "relámpago" (7 horas en coche por autovías y nacionales, y a 110...) de tres días, nos plantamos en Andorra.

Llegar a las 9 de la mañana sin haber dormido casi nada tiene un punto interesante, por ejemplo, puede que te llame tu padre para ver que has llegado bien y piense que ya vas borracho... pero no!! estaba medio dormido!!
O que te levantes y no sepas dónde estás...

Una vez nos levantamos, fuimos a por el material, donde nos dijeron que normalmente no lo dan hasta la tarde, porque podríamos usarlo con un forfait de mediodía, pero que se fiaban de nosotros...  y efectivamente, no cogimos el forfait... pero nos bajamos a un prado congelado (y lleno de moñigas) que había delante del hotel...

Todo apuntaba bien por aquel entonces, esto del snow no parecía complicado, y la nieve no estaba tan dura... qué ilusos!!

Al día siguiente, cuando nos plantamos en la pista, hubo un efecto "confianza" que hizo que todos nos pusiéramos la tabla y ¡¡¡ala!!! ¡¡a la aventura!!
Y claro, a los 5 metros ya estábamos tooooodos otra vez en el suelo...

Aquello era un "sálvese quien pueda", unos dándose culazos... otros cayéndose de los remontes, otros siendo golpeados por los telesillas.... o acongojando a los pobres niños que bajaban por la pista.

Menos mal que al rato ya empezamos a controlar, ¡¡y acabamos el día bajando por pistas azules!!


1 comentario:

  1. Tiene que ser una experiencia increible, me das una envidia terrible, jajajajaja. Surcar la nieve nada más y nada menos, eso si que es una vivencia. Besos.

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